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Nano Alimentación SQ
domingo, 28 de julio de 2019
Autor: Prof. Sirio
Quintero, Ph. Nanotecnólogo
A la memoria de mis alumnos de
Historia del Pensamiento Occidental Filosofía Moral e Historia de las Ideas Políticas y
Económicas Contemporáneas. (1999).
“Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor ágape, soy como un bronce resonante o címbalo estruendoso. Aunque tuviera el donde la profecía, conociera todos los misterios y toda la ciencia;aunque tuviera toda la fe como para trasladar montañas, si no tengo amor,nada soy. Aunque repartiera todos mis bienes y entregara mi cuerpo para ser quemado, si no tengo amor, ningún provecho saco. El Amor es paciente, es servicial, no es jactancioso, no se engríe, es decoroso, no busca su interés; no irrita; no toma en cuenta el mal, no se alegra de las injusticias; se alegra con la verdad. Todo lo disimula, todo lo cree. Todo lo soporta. El Amor no se acabanunca” (I Cor. 13, I-8).
El ser humano no alcanza un desarrollo completo si no es por el
encuentro con otro ser semejante. Esto forma parte de esa necesidad tan
profunda de comunicar sus ideas o ilusiones, de hallar otro ser que también
tiene un mundo personal, pero en quien descubre representaciones con las cuales
se identifica y, a la vez, toma conciencia de que el otro, en muchos aspectos,
es independiente y libre de su influencia.
Dicha
“profunda necesidad”, en palabras de E From( El arte de amar ), sólo puede
recibir satisfacción plena en el amor.
Tan radicales son las consecuencias de la falta de amor que, un fracaso
absoluto en satisfacer tal necesidad, puede conducir a la locura.
El fracaso puede ser originado por el temor
real, aunque habitualmente inconsciente, de amar , o por la gran confusión
existente en lo que se entiende por amor.
Ante
la pregunta tan aparentemente osada “¿ Cómo conociste el amor?”. Algún joven
tendría la inclinación a responder “¿Cuando hice el amor”? !!Sin embargo, la
respuesta es sencilla pero de una significación muy profunda: Cuando comprendí
que estaba siendo querido “desde antes” por alguien. De tal modo, que el amor,
siendo uno, puede recaer en diversos “objetos”de afecto . Por la gran variedad
de objetos de afecto surge la confusión. Tal es el caso de confundir amor con
placer y creer que se realiza una mayor libertad cuando más placer se
experimenta.
Sin
embargo, en el lenguaje de K. Gibran, es saludable aceptar que aunque el placer
sea una canción de la libertad misma;
que la libertad se asemeja al florecimiento de los deseos pero que no es
su fruto.
Usualmente, quien ama busca vivir la libertad
y piensa que esta consiste en no sentir la obligación, o no seguir la norma e
incluso no sentirla tristeza. Mas, la libertad será vivida, no cuando en los
días no exista alguna zozobra y en las noches de algún desvelo y alguna
congoja, sino más bien, cuando estas cosas asedien por todas partes la vida y
cada uno se sobreponga a ellas, con la transparencia del alma y sin ataduras.
Una
vivencia de este auténtico amor se da en la amistad, pues en ella, todos los
pensamientos, todos los deseos, todas las expectativas, nacen sin palabras y
son compartidos con callado gozo. Por ello, cada cual obtendrá el deleite
permanente si deja que en la amistad no
exista otro propósito que el de profundizar el conocimiento del espíritu,
porque el amor no busca otra cosa que no
sea la revelación de su propio misterio; algo distinto no es amor sino una red
tendida, cuya pesca es el inútil egoísmo y solamente lo inútil es pecado.
Distintos son los frutos vividos por quien
siempre procura que lo mejor de sí sea para el amigo. Aquel que no ve en el
otro a alguien a quien buscar para matar
las horas, sino en horas para vivir; quien ve en su misión llenar la necesidad, pero no alimentar
la vaciedad, sino formando en la dulzura de la amistad un lugar para la risa y para los deleites compartidos. Ama y es
amigo quien, mediante el rocío de las pequeñas cosas, hace que el corazón
encuentre su mañana y tome su frescura matutina.
Cuando alguien asume el rol de Maestro, cuya
sinergia amorosa alcanza a sus
discípulos, lo ejerce genuinamente en cada pisada que convierte toda aula en un sagrado templo,
el cual diviniza, más que al dar sabiduría, cuando proyecta la fuerza de su fe
y de su aptitud para amar. Sólo es en verdad sabio, si a cada uno, más que hacer una invitación a entrar a la
casa de su sabiduría, más bien lo
conduce al umbral del propio espíritu.
Un Maestro guiado por un auténtico sentimiento
de amor no sustituye el esfuerzo que cada discípulo está llamado a desplegar,
sino que asemeja al músico, quien puede cantarle a todos con el ritmo que
reside en todo los espacio, pero no puedo darles oído que retiene el ritmo ni la voz que le da eco.
El Maestro quien con sus palabras y sus
acciones hace que el tesoro de las infinitas profundidades de sus discípulos
sea apetecido y sea visto como aquel tesoro que quisiera ser revelado a sus
ojos por la luz de la razón, aunque sin anular la pasión. Quien sabe que si la
razón gobierna sola es una fuerza que restringe y que la pasión desatendida es
una llama que consume hasta ocasionar su propia destrucción.
Gracias al amor existen aquellos que dan con
alegría y esa alegría es su recompensa…A través de la mano de tales seres habla
Dios, y detrás de los ojos de ellos, Dios sonríe sobre la tierra. Y no puede
ser de otro modo, pues el amor es de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios.
Sólo sabiendo que alguien nos ha amado primero
se forma ese amor que permite conocer el dolor transformándolo y manifestándolo
mediante la desmesurada ternura. Y también, “Ser herido por vuestra propia
comprensión del amor y sangrar gozosa y alegremente” (Gibran).
El Amor
nunca muere siempre y cuando sigamos amando: por eso el Amor es el Don Supremo
(H.Drumond: El don supremo). Sólo quien vive el amor intensamente puede mostrar
la única verdad que conduce a la instauración de la justicia colectiva
anhelada.
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Excelente trabajo, escrito desde la visión más profunda, donde el Amor adquiere su más sublime razón, asumiendo su valor genuino, esencia de cada ser humano, un profesor que construye poesía, demostrando lo importante que es el querer, y como ese querer es un acto de mutuo respeto, de mutuo encuentro con lo grande y hermoso de cada ser humano. El escrito evoca, siente, vive, a través de la Osadía de hablar del Amor, el papel del maestro, y como su predica es un ejemplo, quien como expresa Quintero, "el maestro guiado por un sentimiento de Amor", busca impregnar a sus discípulos, se podría decir que su método para enseñar, es el amar. El escrito cierra con un sentir extraordinario, sobre la intensidad del Amor, para conseguir la justicia anhelada. Lluvia de bendiciones.
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